4 Comentarios

No estoy completamente de acuerdo pero reconozco que hay argumentos válidos .

Los compradores de vivienda en parte han contribuido al valor de la ciudad al invertir en el mercado inmobiliario de la ciudad , sea el centro o zonas limítrofes que hace un tiempo se pensaba que eran el fin del mundo y ahora se valoran, tomaron un riesgo e invirtieron, suficiente ? , no se, al final es un mercado libre.

Y esa inversión se rentabiliza por una venta posterior o por un alquiler , que hay de malo ?

Se de gente que alquila una casa para vivir y alquila la suya propia, al final no tanta diferencia entre una casa o acciones de Amazon

Bueno , si .. si yo hubiese comprado acciones de Amazon o Apple en vez de comprarme mi casa … ahora teclearía desde mi avión privado

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Yo sobre el actual problema de vivienda en las grandes ciudades veo poca solución, y las pocas que hay nadie las va a llevar a cabo:

1) La fácil: construir hacia arriba. No existen realmente impedimentos técnicos a esto, solo impedimentos legales. Más casas = mas oferta = menor precio. Nada impide VPO de 100 plantas hacia arriba. En otras partes del mundo lo llevan haciendo décadas.

2) La difícil: poner un límite legal al nº de viviendas que una persona física o jurídica puede tener, ojo a esto, en la misma localidad.

Pongamos que decimos que el límite por localidad son 3 viviendas.

Bien, tenemos 8.000 municipios, alguien podría potencialmente tener 24.000 viviendas, luego el límite al libre mercado es relativo.

Pero eso sí, usted señor boomer no puede tener 15 pisos en Madrid, usted señor fondo de inversión no puede tener 6.000 viviendas en Madrid.

Se da un plazo de 5 años para vender las viviendas "sobrantes", y a partir del año 6, multas.

Esto inundaría el mercado de viviendas a la venta, lo que bajaría los precios y permitiría a muchos acceder a una primera vivienda y a su vez ahorrar.

Por otro lado, esos propietarios recibirían cantidades económicas importantes a las que buscarían sacar rentabilidad, en el mercado financiero o invirtiendo en empresas, por lo que al final se beneficiaría la economía en su conjunto, porque la inversión improductiva inmobiliaria sería sustituida por inversión productiva empresarial, industrial o financiera.

Ahora bien, el límite de viviendas que existen es el que hay, es decir, que o construimos más o no salen las cuentas.

En cualquier caso, en mi opinión no hay solución. La mentalidad rentista es algo que está en el ADN español desde la época del lazarillo de Tormes.

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Interesante, aunque creo que has olvidado cómo funcionan los mercados: la vivienda tiene una oferta y una demanda. Cuanta más oferta, más baja el precio; cuanto más demanda, más sube el precio. Si hay seguridad jurídica, el mercado es más eficiente (más operaciones hay al precio de mercado); si no hay seguridad jurídica, hay menos operaciones.

Si el precio de algo (vivienda en alquiler o compra) está muy alto, los agentes económicos querrán poner más en el mercado hasta que baje el precio. Eso pasa con casi todo: los ordenadores, el pan (necesidad básica), las bicis, las naranjas, ...

Pero en el caso de la vivienda hay dos problemas con la regulación que no hay con el pan, las bicis o los muebles: (i) Para construir más viviendas hace falta un terreno, y los ayuntamientos ponen límites a los terrenos para construir (limitan la oferta). (ii) Cuando un propietario alquila una vivienda, no sabe si va a haber una normativa que le va a perjudicar con limitaciones en el precio (no hay más que ver lo que hizo Franco con las rentas antiguas, o la nueva ley de arrendamientos) o si va a poder cobrar si el inquilino decide dejar de pagar.

Una regulación errónea se carga el mercado y eso perjudica a todos (que se lo pregunten a los rusos que hacían colas hace años para comprar pan o no tenían naranjas en el supermercado).

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Totalmente de acuerdo contigo en que una parte importante del precio de la vivienda es lo que tradicionalmente se ha llamado la renta de situación, que se absorbe en el valor del suelo. Es verdad también que esa parte del precio es “producida” socialmente y, por tanto, no debería apropiársela el propietario de la vivienda. También es cierto que gran parte del problema de la vivienda es que es un “bien de inversión” en el que los propietarios “congelan” el valor con la finalidad de recuperarlo a corto o medio plazo.

Ahora bien, no comparto tu afirmación de que el derecho a la vivienda es también un derecho al ahorro, porque justamente con eso estás legitimando el derecho a apropiarse de las plusvalías generadas socialmente. Tampoco creo que tu propuesta de una licencia al alquiler contribuya en nada a resolver el problema de la vivienda, ya que no cambia en nada el comportamiento de los agentes privados en cuanto a la fijación de los precios, añadiendo, eso sí, una carga burocrática innecesaria y que nuestras administraciones convertirían en un problema añadido.

El problema de la vivienda no es la falta de oferta, sino la falta de oferta asequible. Simplemente teniendo en cuenta los costes de construcción (sin considerar el suelo que es el que absorbe el valor "social") el precio de una vivienda (al menos en Canarias) es inasequible para unidades familiares con ingresos netos mensuales por debajo de 2.500 €. Por tanto, el problema de la vivienda pasa por reconocer el derecho a ésta de la misma forma que hacemos respecto de la sanidad o la educación. Es decir, que el Estado (las CCAA) ofrezcan en alquiler viviendas a quienes las requieran a un precio no superior al 30% de sus ingresos netos. Esto implica costes para lo público, desde luego, y requiere construir viviendas y también intervenir en el mercado del alquiler.

En fin, tu artículo me ha parecido sugerente, aunque no comparta tus propuestas. Obviamente, un comentario no es lo adecuado para entrar a fondo en la discusión. Saludos.

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