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Este va a ser un post muy corto. Estoy de vacaciones e intentando concentrarme en la revisión del libro que saco en febrero.
Pero no quería dejar de traer esta noticia que me parece muy reveladora de lo que puede ocurrir en los próximos meses.
Hace unos pocos días, Sam Altman, el fundador de ChatGPT, dio una entrevista a varios medios de comunicación en la que le hicieron la siguiente pregunta:
“¿Estamos en una fase en la que los inversores, en general, están excesivamente entusiasmados con la IA?”
“En mi opinión, sí”, contestó Altman, “Cuando surgen las burbujas, la gente inteligente se entusiasma demasiado con un núcleo de verdad. Si miras la mayoría de las burbujas de la historia, como la burbuja tecnológica, había algo real. La tecnología era realmente importante. Internet fue un asunto enorme. Pero la gente se entusiasmó en exceso.”
Estaba comparando la IA con la burbuja de las puntocom que, en los primeros 2000, quebró los mercados mundiales y se llevó por delante centenares de empresas.
¿Por qué se tira, el más ardiente defensor de la tecnología, el que lleva meses hablando de que hemos alcanzado “la singularidad” y que los seres humanos vamos a ser superados por los ordenadores en la cadena evolutiva, a pinchar la burbuja de su propio sector?
En mi opinión: porque piensa que la única manera de salvarse él, es pinchando la megaburbuja que se ha creado.
ChatGPT es, a día de hoy, la primera empresa del sector de la IA. Cuando las empresas no cotizan en bolsa, para determinar su valoración se usa el precio que pagó el último inversor que compró acciones, multiplicado por todas las acciones de la empresa. ChatGPT estaría en estos días buscando inversores a una valoración de 500.000 millones de dólares, lo que la convierte en la empresa no cotizada más grande del mundo.
Pero tiene un problema. La tecnología detrás de los “large language models” no es suya, no la puede privatizar, es un conocimiento abierto que tienen muchas más empresas. Por eso tiene cada vez más competidores.
Y estos competidores también están alcanzando valoraciones disparatadas y levantando miles de millones de inversiones. Tanto, que hay gente que empieza a dar una voz de alarma con una explicación muy sencilla: no hay en el mundo tanto dinero como para comprar todas estas compañías, salvo en la bolsa.
Hasta hace poco, se consideraba que una startup era un “unicornio” (como Airbnb o Uber) cuando superaba los 1.000 millones de dólares de valoración. Hoy hay al menos 500 startups de IA valoradas en más de 1.000 millones. ¿Pueden salir todas estas compañías a bolsa con éxito?
La respuesta es “no”.
¿Si esas empresas quiebran, quién va a pagar por toda la burbuja de los data centers que han montado?
“Alguien va a perder una cantidad fenomenal de dinero”, dice Altman a los medios, “No sabemos quién, y mucha gente va a ganar una cantidad fenomenal de dinero. “Mi opinión personal, aunque podría estar equivocado, es que, en conjunto, esto será una gran ganancia neta para la economía”.
Altman sabe que la burbuja va a pinchar. A día de hoy lo sabe todo el mundo. Que no es sostenible el monstruo que han montado en torno a todo esto. Y piensa que su oportunidad es separarse de todos los demás para que, cuando explote, él se salve. Así que manda un aviso a los inversores: “Si quieren hacer dinero, dejen con el culo al aire a todos los demás y vénganse conmigo”.
Altman está intentando pinchar la burbuja de la IA él mismo para salvarse él.
Lo que da más miedo de todo es la velocidad a la que se suceden los acontecimientos. La última ronda de inversión de OpenAI (la casa de ChatGPT), donde valoraron la empresa en 300.000 millones y levantaron 8.300, fue a principios de este mes de agosto. Y ya están anunciando otra en 500.000 millones. Lo que les ocurre a estas compañías es que están quemando dinero a la velocidad de la luz.
Permanezcan atentos a sus pantallas, porque esto no puede durar mucho más.
Actualización: Me actualizo a mi misma, porque he estado lenta en pensar sobre esto…
En realidad, la única explicación para que Altman esté haciendo estas declaraciones es que se esté viendo ya en dificultades para levantar el dinero de esta nueva ronda de inversión y necesite redirigir la financiación que se está yendo a la competencia.
No es que vaya a pinchar la burbuja: es que ya ha pinchado (solo que como estas compañías no cotizan, no lo vemos en los mercados).
Hace poco leí que los grandes inversores están marchándose poco a poco del mercado inmobiliario y, de hecho, el precio de la vivienda ya ha caído en este 2025 en gran parte de Estados Unidos y algunas de las principales ciudades de Europa, como Londres y Ámsterdam. Todo esto tiene sentido para mí, ya que no se puede seguir incrementando los precios de alquiler al mismo nivel, lo que hace la inversión “menos interesante”.
Si a esto le sumamos ese más que posible pinchazo de la IA y todas las empresas asociadas (muchas de ellas las principales empresas cotizadas del mundo), ¿dónde puede ir todo ese dinero? El capitalismo es voraz, y me da miedo ver donde puede terminar aterrizando esa inversión.
Suerte con esa revisión!
Yo sólo me pregunto si alguna vez se apostará por lo que de verdad importa: la humanidad con todo lo que nos rodea que "ya estaba". La tecnología nos da soporte, pero nunca puede sustituir cosas intrínsecamente humanas. Pero para eso necesitamos dirigentes con conocimientos y determinación, y sentido.
Se ha decidido a nivel mundial el desarrollo de esto. ¿Se podría haber desarrollado otra cosa mejor? Nunca lo sabremos, pero lo que tenemos es lo que hay, y los de a pie tenemos que conseguir darle sentido a todo, el justo que merece cada cosa. Pero los que son intermedios, dirigentes con poder de decisión sobre muchas personas, guían o se dejan llevar. Ya veremos.